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Sobre los refugios y los milagros para todos nosotros en lo que viene

Felipe Pérez Martí

1 de Diciembre de 2021.

Primero que todo, quiero desearles una Feliz Natividad, en sus corazones, sabiendo que vienen buenas cosas si nos preparamos bien. Por eso este mensaje.

Para eso les quiero comentar, tanto el evangelio de hoy, como la primera lectura, del libro del profeta Isaías, que pueden ver abajo. En el evangelio se narran muchos milagros de Jesús, en particular el de la multiplicación de peces y de panes para dar de comer a la gente hambrienta. Resolvió muchas carencias de la gente, como las que tenemos nosotros, y por eso este mensaje, de nuevo, que es de esperanza bien fundada para los creyentes.

El pasaje de Isaías, por su parte, habla de amplias promesas en ese sentido, y hoy por hoy hay que interpretarlo en términos escatológicos, de los últimos días. Dice que “en aquel día, preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos”. Mis propios cálculos me dicen, por lo que les dije en mi artículo sobre de la hora del juicio, que ya estamos en esos tiempos apocalípticos. No sabemos la fecha. Pero hay que estar preparados, como las doncellas prudentes de la parábola. Mi artículo al respecto, en que argumento que veo pronto lo del Gran Aviso, lo pueden ver aquí:

https://www.quehacer.wiki/wiki/La_justicia_divina_empezar%C3%A1_en_Venezuela

La cosa es que, según el Padre Michel Rodrigue, estos milagros van a ocurrir en los refugios, luego del Gran Aviso, los cuales estarán protegidos mientras en el mundo se desarrolla la tercera guerra mundial, que va a ser atómica. Y además de los milagros de sanación y comida, al entrar en los refugios la gente va a experimentar también rejuvenecimiento.

Por tanto, les recomiendo acercarse a Dios en serio. Confesarse para librarse del diablo (¡solos no podemos!), comulgar y empezar a vivir una vida santa.

Aquí pueden ver algo sobre los refugios de los que hablan muchos profetas, entre ellos el Padre Michel:

https://www.countdowntothekingdom.com/es/por-que-fr-michel-rodrigue/

Busquen dos partes específicas en ese enlace, en el retiro, que en total son 17. En la Parte 12 habla de lo que pasará después del Gran Aviso, incluyendo lo relativo a la tercera guerra mundial. Mientras tanto, en la Parte 13 habla del tiempo de los refugios y cómo prepararse para entrar a ellos. Es de notar que, según lo explica, no todo el mundo lo logrará: solo quienes están en gracia espiritual. Sobre esto último, para resumir, uno está en gracia cuando está unido a Dios, y no unido a Satanás, por eso les di el consejo de la confesión, la comunión, la vida buscando la santidad.

Voy a aclarar aquí que durante el Gran Aviso, todo el mundo va a ser iluminado sobre lo que ha hecho bien, y lo que ha hecho mal en su vida. Va a comprender cuáles son las correctas leyes espirituales, naturales, y sociales. Como la “Constitución Divina”. De lo que no se debe desviar. Luego de eso va a optar por el camino correcto, o por el equivocado. Si acepta el imperio de la ley de Dios, estará en gracia. Si no, estará en desgracia. Literalmente, pues los primeros irán a los refugios, y los segundos a la perdición. Lo importante de empezar desde ahora a acercarse a Dios es que, si uno está muy alejado cuando ocurra el Aviso, puede darle un infarto, y morir en el acto del shock. Quien muera en ese estado de confusión, no tendrá muchas esperanzas de salvarse.

Así pues, quienes pueden entrar a algún refugio, de acuerdo a su estado de gracia o de alianza con el diablo (en este caso, tendrán la “Marca de la Bestia”, como dice el libro del Apocalipsis), son identificados por su ángel guardián, y son guiados por él al refugio, con unas lenguas de fuego, como en Pentecostés.

Aquí van las lecturas:

Evangelio: Mateo 15,29-37.

“En aquel tiempo, Jesús volvió a la orilla del mar de Galilea y, subiendo al cerro, se sentó en ese lugar. Un gentío muy numeroso se acercó a él trayendo mudos, ciegos, cojos, mancos y personas con muchas otras enfermedades. Los colocaron a los pies de Jesús y él los sanó. La gente quedó maravillada al ver que hablaban los mudos y caminaban los cojos, que los lisiados quedaban sanos y que los ciegos recuperaban la vista; todos glorificaban al Dios de Israel.

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de esta gente, pues hace ya tres días que me siguen y no tienen comida. Y no quiero despedirlos en ayunas, porque temo que se desmayen en el camino.»

Sus discípulos le respondieron: «Estamos en un desierto, ¿dónde vamos a encontrar suficiente pan como para alimentar a tanta gente?» Jesús les dijo: «¿Cuántos panes tienen ustedes?» Respondieron: «Siete, y algunos pescaditos.»

Entonces Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó luego los siete panes y los pescaditos, dio gracias y los partió. Iba entregándolos a los discípulos, y éstos los repartían a la gente. Todos comieron hasta saciarse y llenaron siete cestos con los pedazos que sobraron”.

Isaías (25,6-10a):

En aquel día, preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares exquisitos, vinos refinados. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo extendido sobre a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros, y alejará del país el oprobio de su pueblo —lo ha dicho el Señor—. Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios. Esperábamos en él y nos ha salvado. Este es el Señor en quien esperamos. Celebremos y gocemos con su salvación, porque reposará sobre este monte la mano del Señor».

Hasta aquí.

Feliz Natividad, pues, amigos. Mucho éxito en todo esto, que es serio. Sólo vean las señales y se darán cuenta, como cuando una mujer está encinta, como en el caso de María, que se ve trayendo ya al niño. Ella es la protagonista de todas estas profecías, por cierto, como verán en los enlaces. No por casualidad, como vemos.

A prepararse, pues, que en realidad vienen buenos tiempos, a pesar de los pesares, como vemos. Por eso se llaman tiempos de "adviento" de las buenas nuevas.

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