El Ángel de la Paz para Venezuela, la liberación y su carácter apocalíptico

El Ángel de la Paz para Venezuela, la liberación y su carácter apocalíptico

Movimiento Libertadores

13 de Junio de 2024.

Estimados venezolanos.

Motivación. No ganaremos en elecciones, pero nuestro país será liberado

Dada la gran ilusión que hay en el pueblo venezolano con una posibilidad de triunfo electoral el 28 de Julio de las fuerzas opositoras lideradas por María Corina Machado, queremos alertar a la gente sobre la verdad de lo que viene. Si somos realistas, lo más posible es que ese triunfo no se dé, pero debemos enfocar nuestros esfuerzos en seguir al verdadero Mesías, que sí que nos proveerá la liberación, no solo espiritual, sino también física. La Verdad es la que nos hará libres y es imprescindible que no nos dejemos arrastrar una vez más en nuestro país por el príncipe de la mentira, quien ha ilusionado falsamente a mucha gente en estos tiempos apocalípticos. Hay que tomar en serio que la lucha es entre el bien y el mal y, si seguimos aliándonos con el maligno y sus agentes, no podemos aspirar a que las cosas cambien y de ahí resulten cosas buenas. La alianza es con Dios y sus seguidores. El este documento desarrollamos tres puntos clave ese sentido:

1. Escenario electoral y sus implicaciones:

Si Edmundo González fuera electo presidente bajo el liderazgo de María Corina Machado, la situación mejoraría para la mayoría de la población. Los presos políticos serían liberados, la economía experimentaría un repunte y se iniciaría un buen clima inicial de distensión social. Sin embargo, debemos tener en cuenta que ese liderazgo representa al cazarrentismo azul (oposición) y negro (Estado Profundo). El nuevo gobierno electo estaría alineado con el globalismo y sus políticas de guerra, que no representan el interés ciudadano. A pesar de esto, afortunadamente, lograremos el mejor de los mundos posibles: La verdadera liberación, que ocurrirá muy pronto, vendrá de Dios, Quien nos dará una oportunidad para la purificación y enmienda completas.

2. El régimen y la estrategia cubana:

Los cubanos que nos desgobiernan, ante la debilidad estratégica del régimen de su títere Maduro y la posibilidad real del triunfo opositor debido al gran apoyo popular que ha acumulado, han decidido insertarse en la confrontación mundial para tratar así de mantenerse en el poder. Esto implica que las elecciones presidenciales muy probablemente no producirán el cambio deseado por la mayoría de los venezolanos, si es que se realizan.

3. Un nuevo liderazgo ungido por Dios:

Dejemos claro para cerrar que Dios no nos ha abandonado a la jefatura del diablo, sea mediante el desgobierno, o a través de una oposición que no ha dado la talla para los cambios radicales, fundamentales y profundos que necesitamos. Él ha propiciado y ungido un nuevo liderazgo, conformado por apóstoles de los últimos tiempos, que eliminarán la corrupción de todos los colores y restaurarán tanto a Venezuela como a los países del mundo, tras una Gran Tribulación de purificación final, que incluye tanto la guerra como grandes cataclismos naturales. En el ámbito internacional, nuestros aliados serán ciudadanos independientes y sanos espiritualmente, no vinculados al Estado Profundo ni a los bloques de poder económico y político confrontados en la tercera guerra mundial, que será nuclear, química y bacteriológica. La alianza ungida por Dios en Estados Unidos es con los patriotas norteamericanos liderados por Donald Trump, no con el gobierno de Joe Biden, que preside un régimen ilegítimo, globalista y neocomunista. La tercera guerra mundial es ya inevitable y el interés ciudadano es no alinearse con ninguno de los contendientes, pues ese conflicto tiene origen satánico con el fin de destruir a la humanidad. Nuestro objetivo es la paz y Dios ha decidido conseguirla, con nuestra participación alineada a Su Voluntad Divina.

Las elecciones, la geopolítica y las fuerzas del mal

Todos estamos claros en que el régimen de Maduro no solo ha dilapidado los recursos de nuestra nación, para beneficio de muy poca gente, organizada en una red de mafias usufructuarias de la renta petrolera y minera, que en última instancia están comandadas por la nomenclatura corrupta cubana. Su gestión pública ha sido tan desastrosa que ya ni el chavismo de base quiere seguir apoyando a ese régimen. Incluso el estamento militar está lleno de inconformidad. Unas elecciones democráticas lo depondrían en un dos por tres. Pero hay más. Un fraude electoral generaría un descontento tan masivo que una insurrección popular en ese escenario, con apoyo de militares y muchos funcionarios chavistas, desembocaría en un cambio de gobierno.

Los acuerdos de Barbados vislumbraban ese tipo de escenario insurreccional, dado un diagnóstico de la debilidad relativa interna del desgobierno de Maduro. En ese contexto, la estrategia óptima de equilibrio implicaba que había que negociar una salida “ordenada” mutuamente conveniente para evitar la confrontación que mermaría, de una u otra manera, los intereses de los dos jugadores en cuestión. Los negociadores más importantes de parte y parte fueron Carlos Blanco, en el lado opositor y Jorge Rodríguez en el lado del gobierno. Las partes detrás de esos negociadores representaron, el primero, a la alianza del cazarrentismo azul (opositor) con el negro (del Estado Profundo a través del gobierno de Biden), y el segundo a Cuba y el resto del cartel de mafias cazarenta rojo. El arreglo hubiera implicado un puente de plata para salir del país para Maduro y su entorno cercano. Además, permanecerían la cúpula militar, el TSJ, el CNE, la Fiscalía, la AN del régimen y las gobernaciones y alcaldías. Era un requisito que Cuba no pierda su tajada en el arreglo, en particular en lo económico. Mientras tanto, del lado de la oposición, se garantizaría la presidencia de la república con la mayoría de los ministros de economía y finanzas, el control de las empresas del Estado, incluyendo a PDVSA, quizá con algunos cambios en las carreras ministeriales de justicia, seguridad y defensa. Hubiera implicado también algunos cambios en los puestos militares que incorporarían a personal de armas opositores, entre otros. En general, sobre todo para cargos de los poderes judiciales y legislativos, la oposición hubiera aspirado a cambios solo a través de elecciones posteriores, mediante las cuales estas instituciones podrían realmente ser renovadas.

A pesar de que todos sabemos que esas negociaciones se rompieron por parte del desgobierno, con la inhabilitación de María Corina Machado, es bueno postular ese escenario como referencia. Desde el punto de vista racional, ese rompimiento no pudo haber pasado sin un aumento de la fuerza relativa del lado liderado por Cuba. Es de mencionar que eso ocurrió cuando Rusia mostró clara superioridad militar y geoestratégica en la guerra de Ucrania. La posición de Estados Unidos bajo Joe Biden y del Estado profundo se debilitó notablemente, en particular de cara a nuestro país. Como consecuencia, inmediatamente vimos la movida en el desgobierno de Venezuela para internacionalizar el conflicto político interno. Esa fue la razón de la realización del referéndum en relación al Esequibo. La movida, para tener el efecto esperado en materia de mejora en fuerzas relativas, esta vez por el componente internacional de la parte del régimen de Maduro, implicaba ofrecer los recursos petroleros y mineros del lugar al lado oriental del conflicto global: a Rusia, China e Irán. Con el argumento del debilitamiento concomitante de los intereses de Estados Unidos bajo Joe Biden y del Estado Profundo en Guyana.

Recientemente la dinámica del proceso de guerra implicó un fortalecimiento adicional ruso y una clara debacle Ucraniana, que hizo a la administración de Joe Biden tomar una medida de escalación de la guerra a niveles sin precedentes, de cara a un posible conflicto nuclear. Esa administración autorizó el uso por parte de Ucrania de armas de fabricación estadounidense que tendrían un impacto directo en el territorio ruso. La respuesta de Rusia no se hizo esperar, al reiterar que eso implicaba pasar una línea roja que justificaba el uso de armas nucleares, no solo contra Ucrania, sino contra Estados Unidos y los países occidentales que aprueban la misma medida. Una reedición de la crisis de los misiles cubanos en los 60, pero en la frontera rusa. Por eso Rusia respondió adicionalmente que tomaría una acción recíproca en países fronterizos con Estados Unidos y los países occidentales implicados.

Es precisamente por eso que Putin envió tres buques de guerra y un submarino nuclear al mar Caribe. Tanto Cuba como Venezuela (como México) podrían usar el armamento ruso ahí contenido para alcanzar territorio norteamericano. (Ver [1]). Por supuesto podemos recordar que algo así estuvo a punto de desencadenar una guerra nuclear en los 60, que se evitó con el retiro de los misiles de lo que era la Unión Soviética. En estos momentos esa guerra es irreversible e inminente, pues Estados Unidos no se ha retirado de Ucrania, sino al revés, y Rusia ha respondido en especie. Por su parte, la guerra nuclear la confirman las profecías cristianas, desde hace tiempo.

Recordemos de pasada que Zelensky justificó la suspensión de elecciones presidenciales en su país por la situación de guerra. Con la anuencia de Estados Unidos y la OTAN. Lo mismo podría hacer Maduro en Venezuela, para no arriesgarse a perder las elecciones. Aunque aquí la situación es diferente, porque pueden perfectamente optar por legitimidad de cara a sus intereses y relaciones, aunque sea fraudulenta para todos nosotros, en ese sentido.

Está demás decir que Venezuela es un país que goza de una posición estratégica que el bloque Rusia-China e Irán no desdeñarían. Y eso lo sabe Cuba y su títere Maduro. Que lo usarían a su favor, para justificar seguir en el poder, haya elecciones o no. Y lo harían impunemente, pues el Estado Profundo no se arriesgaría a una acción directa del bloque oriental que podría desencadenar la guerra nuclear. Hay muchas otras razones de monta para declarar la guerra, como para que un incidente en Venezuela se transforme en el evento detonante de un proceso de máxima importancia global. En resumen y apuntando a lo más probable: Maduro, con los cubanos detrás de él, intentaría seguir en el poder, probablemente con elecciones fraudulentas, militarizando el país para neutralizar una posible insurrección popular en un contexto de guerra global, con expresión de guerra local con Guyana.

El carácter de la oposición venezolana y el cambio requerido

Ante esta realidad insoslayable, que derrumba las ilusiones de muchos venezolanos, es bueno que re-evaluemos las implicaciones fundamentales para el país si ganara la oposición bajo el liderazgo de María Corina Machado y si hay escenarios alternativos mejores. Indudablemente que estaríamos mucho mejor que con Maduro, a pesar de que se avanza muy poco en materia institucional (CNE, TSJ, Fiscalía, AN, gobernaciones y alcaldías). Se liberarían los presos políticos, se incrementaría la producción petrolera y minera y aumentaría el empleo y la producción. Gran cantidad de venezolanos regresarían a su tierra y se reunificarían muchas familias. Se volvería al llamado período de la llamada democracia en el país (la cuarta república).

Pero incluso en ese escenario positivo notemos de una vez que, de cara a dos lados de la negociación en Barbados, se acordó por diseño e implícitamente algo que no trascendió públicamente, que el sistema caza-renta no cambiaría: el manejo desde el gobierno central los recursos del petróleo y la minería permanecería. Esos recursos no pasarían directamente a los ciudadanos, como lo prevé nuestra propuesta, mediante un Fondo Petrolero y Minero tipo Noruega. Así las mafias cazarenta, tanto azules, con más acceso ahora, como rojas, y también negras, conservarían su fuente de beneficio y el sistema seguiría igual.

Como se ve hay un jugador excluido en dichas negociaciones: los ciudadanos, los verdaderos propietarios del petróleo y de las riquezas minerales. Esto es crucial, pues implica que volvemos a la cuarta república, que en realidad produjo la quinta, como lo explicamos aquí con detalle: [2]. En ese sentido recordemos que la Cuarta República dio un golpe de Estado de nueva generación contra Carlos Andrés Pérez en su segunda gestión. Lo tumbaron la Corte Suprema de Justicia, el Congreso, la Fiscalía, los medios, los partidos principales del estatus (Acción Democrática y Copey), los sindicatos y muchos intelectuales influyentes. ¿La razón? Se atrevió a liderar un cambio de sistema, bajo la batuta de Miguel Rodríguez, hijo del prócer Jóvito Villalba. No solo eso, sino que, cuando Miguel Rodríguez se postuló como candidato presidencial, frente a Chávez, el sistema lo ridiculizó, llamándolo “Paquetico Rodríguez”, cuando su gestión había significado la mejor en términos de propuestas de cambio de sistema, hacia una verdadera democracia representando los ciudadanos. Por si fuera poco, su gestión en términos de restructuración de deuda externa no ha tenido parangón en el mundo entero en toda su historia en tiempos de paz.

El caza-rentismo azul de la oposición venezolana no solo produjo a Chávez, como vemos, sino que echaron a este a las manos de Fidel Castro al tratar dos veces de darle golpes de Estado (en abril de 2002 y durante el paro petrolero). De esos polvos vienen estos lodos, lo que nos hace pensar de si es realmente bueno volver a la cuarta república. Además, no se puede salir del sistema desde dentro del sistema, sino que se debe producir un “shock exógeno” al sistema, como hemos expuesto, (ver [3]), que implica también una salida por la fuerza. Por si fuera poco, la alineación de Maduro con el bloque oriental, liderada por la Cuba castrista, además de la debacle económico-política que hemos padecido, está obstaculizando notablemente que se realicen elecciones libres el 28 de Julio, por lo expuesto en el punto anterior de las alianzas geopolíticas y el cambio en la fuerza relativa a favor del desgobierno.

La lucha entre el bien y el mal

Hemos expuesto las falsas ilusiones. Pero es bueno develar completamente el lado malo del conflicto en lo espiritual. En la campaña de María Corina Machado, desde temprano, empezó a repetir una de nuestras consignas más queridas: que la lucha es entre el bien y el mal. Sin embargo a estas alturas debemos decirlo de una vez con los pies en la tierra y la mirada en el cielo: ella escogió ponerse del lado del mal en esa confrontación espiritual. Además de que, por diseño, nunca apuntó a la solución real y permanente, como lo hizo Miguel Rodríguez y ha hecho el Movimiento Libertadores, de devolverle la propiedad expropiada a sus legítimos dueños, los ciudadanos. En el mejor de los casos, sus políticas públicas nos llevarían a la cuarta república, que produjo la quinta, como dijimos. Lo que es peor, tenemos ahora la información, de una fuente creíble, de que su principal financista es George Soros, el líder del Estado Profundo y la globalización satánica, nada menos. Sin contar con el financiamiento de monstruos del caza-rentismo azul como Nelson Mezerhane. Además del resto de los “amos del valle”, como Lorenzo Mendoza, que tienen mucha responsabilidad en lo que nos ha pasado desde la cuarta república para acá.

No es por casualidad, pues, que ha basado sus alianzas en los capos del caza-rentismo azul y el negro. En lo internacional, se ha basado en el gobierno golpista y dictatorial de Joe Biden. En el conflicto en Ucrania e Israel, se ha puesto del lado del Estado Profundo, como hemos comentado antes. Ahora ha dicho, en el foro sobre la libertad en Oslo: "La victoria para la libertad de Venezuela será una derrota para Maduro y sus aliados como Rusia e Irán".

Colocarse en el conflicto geopolítico de lado de uno de los contendientes de la tercera guerra mundial es una señal definitiva de opción por el lado del mal en este conflicto. Pues el lado del bien está en el lado de los ciudadanos del mundo, a quienes no conviene la guerra, que sería devastadora de la humanidad misma. Está claro que la CIA y el Estado Profundo son quienes han propiciado esta guerra, como lo hemos dicho varias veces en nuestros comunicados, citando entre otros a Jeffrey Sacks.

El Ángel de la paz, la liberación y la restauración

Retomemos ahora el hilo de la esperanza bien fundada. Aunque solo sea por la inminencia de la guerra nuclear, es claro que estamos en tiempos apocalípticos y la solución es apocalíptica. Es cierto que el diablo ha estado dando pasos agigantados para destruir la humanidad, como lo hemos visto aplicado al caso venezolano, ejemplo claro del abuso, la manipulación, la mentira y las falsas ilusiones del maligno en la política y la economía, desde por lo menos la cuarta república: están implicados en el mal tanto el desgobierno como la oposición; tanto el bloque oriental como el occidental.

Pero ¿es verdad que el lado bueno, el de Dios y los ciudadanos se han quedado de brazos cruzados y no pueden contra esos enemigos? Al contrario. No solo las profecías hablan del “Ángel de Paz”, cuyo nombre de pila es Enrique V de la Cruz, un líder mundial que agrupará al lado bueno, el ciudadano en todos lados, para combatir y derrotar al Anticristo, que lidera en realidad todos los esfuerzos para destruirnos por completo. Sino que se han estado conformando alianzas significativas del lado bueno en lo político que tienen gran capacidad para cambiar las cosas, bajo la Jefatura y la Voluntad de Dios.

Por ejemplo con los patriotas norteamericanos liderados por Donald Trump. Quien en su gestión pacificó el mundo, logró milagros en el medio oriente con los acuerdos de Abraham. Por lo cual no lo quiere el Complejo Industrial Militar y la CIA. Esos acuerdos están avanzando en un contexto en que la Verdad sobre las conspiraciones del lado malo de este conflicto se han estado poniendo a la luz. El liderazgo venezolano quizá puede asumir su papel en una coyuntura de fraude electoral. Pero hay otras posibilidades, que Dios irá mostrando a través de sus huestes celestiales, comandadas por San Miguel Arcángel.

La Verdad, que está en franco crecimiento, en lugares como X (antiguo Twitter) es la que nos hará libres. Gente como Miguel Rodríguez, el General Javier Nieto Quintero, el Comisario Camacuro Araujo y muchos otros líderes auténticos que han mantenido los principios incólumes y la cercanía con Dios en su estilo de vida diaria, serán ungidos por Él para liderar Venezuela, no nos cabe duda. Lamentablemente lo de MCM se ha quedado en falsa ilusión. Ella en lo personal podría ser escogida por Dios en lo que viene, si se separa del lado malo del conflicto, pues Dios hará una amnistía con todos Sus hijos, incluso si se han portado muy mal, en su infinita misericordia. Pero si hemos estado del lado malo por demasiado tiempo y con demasiado apego, nos va a costar demasiado cambiar de bando. Por eso debemos acercarnos a Dios cuanto antes y ponernos bajo Su mando definitivo, pues las señales apocalípticas están ante nuestros ojos. Es el requisito fundamental para participar en el ejército de liberación que se está conformando en este preciso instante. Para derrotar no solo al mal y sus agentes políticos y económicos. Sino al mismo jefe, Satanás, y a todos sus diablos.

La salida será por la fuerza. Por la fuerza física, además de la espiritual. El lado de Dios es el que va a triunfar. No será por elecciones. Además, somos realmente privilegiados si nos damos cuenta de que lo que viene luego de la Gran Tribulación. Esta implicará que la Justicia de Dios se manifestará en todo su poder, y serán separados el trigo y la cizaña, que arderá en el infierno, incluso en esta vida. Pero quienes escojan a Dios serán protegidos durante ese diluvio de fuego en una suerte de arcas de Noé, los Refugios de los que habla el Salmo 91. Y al cesar el diluvio, la gente escogida y triunfante será protagonista de una nueva Era que regenerá la tierra, incluyendo a los animales y las plantas, muy cercana al paraíso terrenal, la Era de Paz, que durará unos mil años, como dice el libro del Apocalipsis. De eso participará Venezuela, tierra de leche y miel, como todos los sabemos, como pocos lugares en el mundo. Así que el triunfo de Dios viene en camino y no lo para nadie: Satanás y sus demonios serán derrotados y confinados al mismo infierno. Pongámonos de Su lado de una vez por todas, pues en lo que viene reinará Su Voluntad y producirá una abundancia como jamás se ha experimentado en la tierra luego de Adán y Eva.


Referencias:

1. https://x.com/CaptCoronado/status/1800194857354596606?t=1cLOSjJfXX82lcEQZf446Q&s=08

2. https://www.movimientolibertadores.com/doc/MCM-capitulo-3.pdf

3. https://www.movimientolibertadores.com/doc/MCM-capitulo-5.pdf