Qué Hacer, Versión 5. Resumen Ejecutivo
Resumen ejecutivo de la versión 5 del documento Qué Hacer. 15 de Agosto de 2014
Desde hace un tiempo venimos advirtiendo sobre una crisis económica muy fuerte, caracterizada en la coyuntura por alta inflación, desabastecimiento, contracción de la producción manufacturera y agrícola, altos niveles de corrupción con un sector público centralizado agigantado, ineficiente, inefectivo e ineficaz. La situación ha desbordado lo económico, y ha trascendido a lo político y lo social, pues la conflictividad está a niveles sumamente elevados, y la inconformidad social sobre lo económico llega a alrededor del 80% de la población. Es una crisis artificial desde el punto de vista económico, a pesar de lo grave, pues no se basa, como las crisis clásicas, en problemas de solvencia del país, ni de falta de liquidez en divisas. Es una crisis producto de graves errores de política económica, y de errores político-ideológicos. En esta última materia, el modelo de socialismo de capitalismo de estado, con centralización administrativa y producción estatal, ha sido un fracaso más, como todos los modelos que tienen al estalinismo como paradigma. En lo social se ha mejorado, pero solo por la renta petrolera.
Lo que está planteado es tomar las medidas de política económica que corrijan y reviertan drásticamente la situación, teniendo como norte un socialismo que se base fundamentalmente en el golpe de timón planteado por el Presidente Chávez: empoderamiento del pueblo, descentralizando el poder administrativo y económico a nivel de los consejos comunales, las comunas y los trabajadores. El costo del ajuste no puede pagarlo el pueblo pobre ni la clase media, que han sido los grandes perjudicados por la situación, sino los corruptos, los contrabandistas, y quienes se han enriquecido sin medida en todo este período a partir de la renta petrolera, y no de la producción.
Las medidas propuestas, una NEP, parafraseando a Lenin, deben ser comprehensivas, y deben otorgarle un papel claro al mercado y al sector privado productivo. Los detractores de esas medidas son básicamente sectores internos al gobierno que se han beneficiado enormemente de la renta petrolera: usufructuarios de ganancias cambiarias, quienes contrabandean gasolina y productos alimentarios y medicinales importados a una tasa subsidiada, y los ricos que no pagan impuestos ni siquiera a los estándares de los países más “neoliberales” de Latinoamérica, como Colombia y Chile.
Las medidas propuestas deben estar orientadas no solo a resolver la coyuntura descrita, sino también a revertir los problemas estructurales que se han generado en todos estos años producto de los mismos errores, que se manifiestan en una inflación endémica (de 2300% mientras en AL era de 100%), un crecimiento acumulado real de solo 14% (mientras en AL era de un promedio de 35%, con solo Haití estando por debajo de nosotros), una desindustrialización notable (cuyo índice bajó a 13,9 en el 2012, por debajo del 20% a que había llegado en 1986), y un acusado empeoramiento del rentismo petrolero. Sobre lo primero, los tres elementos comunes a los procesos hiperinflacionarios conocidos están hoy presentes en Venezuela: alto y endémico déficit fiscal, alta monetización del déficit, y disminución de la demanda real de dinero, manifestada en que la gente no quiere billetes, sino que prefiere reservas de valor como dólares, bienes raíces, automóviles, electrodomésticos y hasta bienes perecederos.
La situación está tan desquiciada, que con un mínimo de cordura se resuelve básicamente todo el problema. Pero eso requiere una lucha sin cuartel contra los intereses que no quieren que haya cambios, por un lado, y hablarle claro al pueblo y a la clase media, por el otro. De hecho, como el problema trasciende lo económico, la solución cabal requiere un acuerdo político nacional de gobernabilidad. De seguir la situación como va, o de tomarse medidas tímidas, sin cambios sustanciales, habría un claro y exponencial deterioro económico y político adicional, de consecuencias impredecibles, que incluso pueden llegar a una gran conmoción social con desenlace de golpe de estado, dirigido por los mandos medios y bajos de la Fuerza Armada, inconformes con toda la situación, en particular con las inmensas currupelas de sus superiores, que indignamente deshonran el nombre de Simón Bolívar.
Este entorno, típico de guerra de desgaste, coloca al gobierno en una situación en la que debe optar, para poder mantener el poder, por tomar medidas económicas claras y sólidas, por un lado, y llegar a acuerdos políticos sustanciales que implican nombrar a personas de consenso en los órganos del poder del estado, como el CNE, la Contraloría, la Fiscalía, la Defensoría y el Tribunal Supremo, y revisar algunas leyes que se derivaron de un diagnóstico equivocado, como la de precios justos y la del trabajo.
El problema fiscal, de hecho, se resuelve fácilmente con una sinceración cambiaria (que no es devaluación), que colocaría el tipo de cambio, unificado, en unos 25 bolívares por dólar. Esto implicaría una recaudación cambiaria de unos 40 mil millones de dólares, con lo cual la brecha fiscal, de unos 12,5 puntos del PIB, se mejora en unos 11,5 puntos. El aumento del precio de la gasolina, y unos impuestos iniciales al ingreso de la banca, cerrarían por completo esa brecha, de manera que no habría necesidad de seguir imprimiendo billetes en el Banco Central, y la inflación se frenaría en seco.
El ajuste sería un ajuste socialista, no neoliberal, pues no se bajaría el gasto (que solo se haría más eficiente), sino que se aumentaría el ingreso, y se harían transferencias a los sectores sociales bajos y medios que se perjudicarían con las medidas, haciendo mucho más efectivo, eficiente y eficaz el subsidio y las políticas sociales, con una disminución notable de la corrupción, al eliminarse su fuente, y ponerse en práctica realmente el //Golpe de Timón,// en el que el pueblo organizado, en consejos comunales, juega un rol decisivo de transformación, en conjunto con medidas efectivas de transparentización y agilización de trámites administrativos (sistema de conocimiento libre).
Medidas propuestas para la NEP y sus efectos
- Plan de revolución fiscal: aumentar la recaudación fiscal no petrolera, de 14% a 23% del PIB en un plazo de cuatro años. De inmediato aumentar la recaudación vía impuesto a los ingresos bancarios de 5%. Por esta vía se recauda alrededor de 1% del PIB el primer año.
- Aumentar el precio de la gasolina tanto para cubrir costos, como para desestimular el contrabando, lo cual da alrededor de 3% del PIB.
- Eliminar el control de cambio e imponer un régimen de flotación limpia. El precio de equilibrio se colocaría en unos 25 bolívares por dólar, con una banda inferior de 20, y una superior de 30. Se recaudan por esta vía un 11,5% del PIB, cerrándose con esto la brecha fiscal. Esto requiere centralizar todas las reservas internacionales en el BCV.
- Eliminar los controles de precios en los rubros en que no hay monopolio en el sector productivo. Regular a los monopolios sin ponerlos a trabajar a pérdida. Esto, en conjunto con el aumento del precio de la gasolina, puede implicar una inflación de 10%, que sumada a la comentada, representa una inflación anual de 18%, muy por debajo de la proyectada 100%. El segundo año estaría en 8%, un solo dígito en muchos años, y luego en 5%, como en AL.
- Nombrar un presidente del Banco Central que no sea del gobierno, sino una persona respetable a los ojos de todo el país, con un directorio balanceado. Como no es necesario ahora imprimir dinero para financiar al fisco, esta medida frena por completo las expectativas inflacionarias y devaluacionistas. La unificación cambiaria, que elimina el mercado paralelo por completo, no produce inflación, pues su impacto realmente ocurrió ya el año pasado, al desatarse el dólar negro. Con estas medidas estimamos un impacto inflacionario de 8% el primer año.
- Plan de desarrollo productivo de largo plazo, que requiere en lo inmediato conversaciones con el sector privado productivo y con los trabajadores para acordar reglas de juego claras, y revisión de algunas leyes surgidas de diagnósticos equivocados (como que la inflación se debe al sector privado), como la ley de precios justos, y la ley del trabajo. Esto, con la NEP, traerá una gran repatriación endógena de capitales, los $160 millardos fugados en estos años, mínimo.
- Para compensar el efecto de la eliminación del subsidio cambiario y de gasolina, se descentralicen a nivel de consejos comunales y comunas, con Golpe de Timón, todos los programas sociales, en particular las misiones de vivienda, de educación, salud, atención a los desvalidos, y subsidios directos de todo tipo, incluyendo de alimentación, medicinas y transporte, mediante una tarjeta de débito. Debe cesar la balcanización del poder en las comunidades, y centrarse todo el poder en los consejos comunales, para optimizar su eficiencia administrativa y se ejerza la contraloría social interna.
- En particular, los Mercales y Pdvales deben transformarse y pasar directamente a control de la red del poder popular. Así se elimina la corrupción, el contrabando de extracción, y se subsidia de manera directa a quien lo necesita, a través el fortalecimiento del poder popular, mejorando la eficiencia, la eficacia y la efectividad del subsidio (transferencia de justicia distributiva).
- Como parte del golpe de timón debe estar la transferencia de atribuciones de tipo policial, con el fin de mejorar sustancialmente el tema de la seguridad ciudadana, con la instrumentación de todos los aspectos de esa materia, como se ha hecho en Nicaragua, incluyendo el de inteligencia social, que incluya el tema del control y erradicación definitiva de los paramilitares y de los sicarios, secuestradores, y todo tipo de delincuentes que azotan a la población.
- Transferir, en el lapso de un año, como parte del Golpe de Timón, las empresas de la CVG, y todas las empresas del estado no estratégicas al poder popular, las comunas, y a los trabajadores, usando el principio de “control obrero”, eliminando el subsidio blando central.
- Aumentar el salario mínimo a los dos meses de iniciarse la NEP, que se calcula en un 20%, pero se fija de acuerdo al IPC. Al año, hacer nuevo ajuste para recuperar salario real, indexando por inflación. Como parte de esto, comprometerse con regla fiscal para asegurar el salario real controlando la inflación.
- PDVSA debe dedicarse solo al negocio petrolero, y transferir lo social al poder popular.
- Acuerdo político nacional de gobernabilidad, en que participe el sector productivo interno, los trabajadores, los estudiantes, la oposición sensata. Establecer reglas de juego claras, y poderes públicos confiables para los dos sectores básicos en pugnacidad: el gobierno y el resto de las fuerzas políticas. Eso se aplica tanto al BCV, como al CNE y todos los poderes públicos.
Quiénes ganan y quiénes pierden
Al controlarse la inflación, eliminarse las colas, y la escasez, gana el pueblo, tanto clase media, como los pobres. Al hacerse más efectivas las transferencias de poder político y económico al pueblo, el ciudadano gana en todos los ámbitos, como han documentado incluso organismos de derecha, como el Banco Mundial. En particular, el subsidio especial para alimentación, medicinas y gasolina, y la eliminación de las colas de transporte, significarán una mejora sustancial en su nivel de vida.
El gobierno gana porque controla la crisis económica y política, se estabiliza el país en sus bases fundamentales. El sector privado productivo, no rentista, gana, al tener reglas de juego claras que no tenían desde hace mucho. Los trabajadores ganan, al establecerse reglas claras de interacción con los empresarios y el gobierno. Las empresas socialistas, controladas por los trabajadores, ganan porque el entorno macroeconómico les permite trabajar y mejorar, lo que no ocurría antes. La oposición sensata gana, pues cuenta ahora con árbitros imparciales en los poderes públicos, en particular en el CNE.
Los contrabandistas pierden, pues bajan sustancialmente las fuentes de contrabando, como son los alimentos subsidiados, y la gasolina regalada. Los corruptos cadivistas pierden, pues no tienen las oportunidades de ganancia cambiaria de antes. Los muy ricos y los enriquecidos por renta pierden, porque a partir de ahora tendrán que pagar impuestos. Si el gobierno no es capaz de deslastrarse de los corruptos y los boliburgueses, perderá el poder, sea por golpe, o por deterioro exponencial hasta las elecciones parlamentarias, y luego el revocatorio. De ahí sus incentivos para hacerlo.