Dinámica organizacional y comunicacional en el Movimiento Libertadores
Dinámica organizacional y comunicacional en el Movimiento Libertadores
Felipe Pérez Martí
Movimiento Libertadores
16 de Mayo de 2023.
Estimados todos. Se ha presentado una crítica sobre cómo el Movimiento Libertadores procede en materia comunicacional. Incluyendo el tema de la libertad de expresión de sus miembros. Aprovecho el caso de Rafael Castro García para presentar nuestra dinámica al respecto. Sobre esta persona, salió del ML porque alabó a María Corina Machado en el chat de la Venezuela-zuela (Qué Hacer). Se tomó una decisión inicial en la coordinación ejecutiva, dándole oportunidad para permanecer en el movimiento si corregía el error y no la acató. Tuvo oportunidad de defenderse en el Congreso General (donde están los delegados por Estado y por organización) y no lo ejerció, por lo cual quedó suspendido.
Para exponer el asunto de la dinámica organizacional y comunicacional del ML, voy a usar la decisión del poder ejecutivo del ML en este caso, realizada el 23 de Noviembre del 2022 pues, como quedará claro, presenta los fundamentos del tema en cuestión. El resto del debate lo trataremos en artículos aparte. Aquí va la decisión con la fundamentación a ver qué les parece:
Felipe Pérez Martí
Coordinador general
Movimiento Libertadores.
23 de Noviembre de 2022.
El presente documento consta de dos partes y un anexo. La primera parte es la fundamentación y la segunda la decisión. El anexo, que agrega mucho para observar el contexto, aunque se repitan algunas cosas, es mi respuesta en el último intercambio con Rafael Castro. La ocasión es propicia para tocar los siguientes aspectos relativos al Movimiento Libertadores:
- Libertad de expresión, campo de batalla comunicacional, Gerencia Participativa, alineación de intereses y eficiencia organizativa, lealtad en el campo de batalla, estado de las alianzas, Plan B y Plan C, pensar y actuar fuera del manual, y el contraste entre anarquía egoísta y anarquía solidaria.
1. Fundamentación y marco de referencia por debates iniciales al respecto no reportados aquí:
Se ha planteado un asunto grave, en que Rafael Castro García, uno de nuestros líderes más relevantes, apoyó a María Corina Machado y su estrategia en público. Dada su importancia, se aprovecha para dejar sentadas cosas fundamentales, planteadas como marco de referencia para la decisión y para el futuro.
En efecto, somos una organización que ha innovado de manera crucial en el país. No solo en lo estratégico, sino también en lo organizacional. Es claro que nuestros campos de batalla son el personal y de calle, por un lado, y el de las alianzas clave en función de nuestro objetivo principal. Pero es claro que nuestra batalla tiene un componente comunicacional crucial. De hecho, nuestros aportes en este campo son nuestra arma más potente. Y su poder es tan grande que tiene impacto nacional e internacional. La razón es que tiene un sólido diagnóstico a esos niveles, incluyendo el geoestratégico. Por otro lado, se basa en un análisis basado en Teoría de Juegos y otras herramientas de análisis económico y socio-político, además de gerencia de negocios y gerencia participativa. La estrategia que de ahí se deriva ha sido la más sólida en el país y el tiempo lo ha confirmado: la estrategia del coraje, llevada a cabo por la alianza de los honestos que están claros al respecto. Para ello hemos elaborado e impulsado el Plan C, que consiste en una insurrección popular con apoyo militar patriota, para sacar por la fuerza no solo al títere de turno, sino al sistema al que representa.
Esa alianza está en crecimiento desde el principio, habiendo logrado avances que ninguna otra organización ha logrado en los ámbitos militar, policial, de resistencia civil organizada, de organizaciones de trabajadores, y de algunos movimientos políticos emergentes, además de contactos incipientes con movimientos patriotas y ciudadanos a nivel mundial. Las tácticas igualmente han sido las más acertadas. La más reciente ha sido el emplazamiento a María Corina Machado por su decisión de optar por la estrategia electoral en aparente contradicción con la del coraje. En particular, el Plan B, que consiste en la elección de un nuevo liderazgo para el país, tiene que ver con la instrumentación del Plan C: lo facilita si elegimos a un liderazgo que refleje lo que la gente quiere. Es la facilitación para ensamblar y artillar el Hummer usando la estrategia el guerrero exitoso: gana primero la guerra, porque está bien preparado, y solo luego de eso se despliega en batalla, teniendo un plan contingente, con tácticas para toda circunstancia y terreno que se presente, incluyendo la reacción rápida ante eventualidades no esperadas con anterioridad. Esta estrategia se contrapone a la del guerrero fracasado, adoptado por la oposición en Venezuela, incluso a veces la auténtica, de primero ir a la guerra y luego tratar de ganarla. Se fracasa porque no se está preparado con un plan estratégico sólido, que incluye tanto el programa, como la gente que lo ejecuta, como los medios para lograrlo.
En la guerra en que nos han metido el desgobierno y el caza-rentismo en general, incluyendo el de la falsa oposición y ahora el del Estado Profundo, nos movemos en varios territorios. Uno de ellos, que es importante por su diseño y su simbolismo, es el de la Venezuela virtual, o Venezuela-zuela. El espacio “Qué Hacer”, QH, fundado por nuestro coordinador, Felipe Pérez. Tanto el chat principal y los regionales (Occidente, Oriente, Centro y Diáspora), como en la listas de correos y en la página web del ML y el Wiki respectivo. El último gran logro ahí fue recuperar el espacio mediante un proceso constituyente originario, para revertir un golpe de estado que estuvo a punto de destruir el trabajo de años, que lo había convertido en un espacio de politiquería y pugnas de poder, en vez de uno en que imperara la ley y la búsqueda de las verdades y propuestas para la Venezuela-grande. Esa Venezuela-zuela, en que las armas relevantes son las de las ideas, la tomamos como un laboratorio de pruebas para avanzar hacia retomar la Venezuela-grande para los ciudadanos, el pueblo venezolano.
Mientras el plan estratégico se van perfeccionando más y más, ya estamos en plena guerra en los distintos campos de batalla en que nos desenvolvemos mediante sus acciones tácticas. Una guerra que ha tomado el carácter de bien contra el mal, en tiempos apocalípticos. Por tanto, se trata de algo de tanta seriedad que involucra el peligro de muerte de miles de millones de personas en el globo terráqueo, no solo en Venezuela. Nuestros pasos deben ser firmes y basados en principios completamente sólidos. Si cometemos errores, hay que corregirlos y aprender de ellos, tanto como personas, como movimiento y alianza. Y nuestra organización, aunque sea relativamente pequeña, a pesar de los avances en la alianza mencionada, debe ser inexpugnable frente al lado maligno, que incluye de manera crucial el espiritual. Nuestras fortalezas principales son las la Moral (la ética, los principios personales y grupales) y las Luces (la Verdad, el conocimiento). A ellas hemos agregado como requisito de pertenencia una tercera crucial, el Amor. Moral, Luces y Amor deben ser, pues, nuestras primeras necesidades, además de nuestras fortalezas más preciadas. Ninguna puede faltar. En particular, los egos exacerbados no tienen cabida entre nosotros, pues contradicen la tercera necesidad, la del Amor por los venezolanos, por encima del amor por sí mismo. Por ahí se nos mete el demonio para dividir y fracturar nuestro movimiento, usando comportamientos erróneos y distorsiones de la verdad.
Finalmente, en materia organizacional para ejecutar nuestra estrategia y nuestra táctica, hay que entender que todos sus miembros somos propietarios por igual del Movimiento Libertadores. Y que, partiendo de eso, tenemos un liderazgo establecido democráticamente, en particular para el poder ejecutivo que es el que ejecuta el plan estratégico de batalla. En el campo comunicacional, los mensajes que se envían, no solo como comunicados, sino como comentarios personales, son determinantes para impulsar nuestra agenda de batalla y de lucha. Siguiendo esa terminología de lucha, hay un comando (el poder ejecutivo), un coordinador general, y unos “generales” (cuadros de alto relieve intelectual o informativo), además de “soldados” de distinto nivel y funciones. Más que todo fácticos, que a pesar de la apariencia de verticalidad militar tradicional, usa la gerencia horizontal de incentivar los aportes al bien común de cada quien desde su diversidad. Pero es claro que debemos lealtad a lo decidido en común: nuestros principios, nuestra estrategia, nuestra táctica y nuestras estructuras organizativas. Contrariamente a la gerencia vertical, no solo se admite actuar “fuera del manual”, sino que se propicia, pues eso nos enriquece mediante aportes complementarios y enriquecedores, como veremos para el concepto de Gerencia Participativa.
De hecho, escribí un capítulo con ese título en un importante libro del IESA sobre la Gerencia para el Siglo XXI y me basé en mis conocimiento sobre el comportamiento de las cooperativas que realmente funcionan. El meollo del asunto está en que si la organización es propiedad de todos sus miembros, como es el caso del ML, todos tienden a defenderla y trabajar por ella para que vaya bien, pues así ellos van bien. Si a ellos les va bien, pues avanzan en su trabajo por el objetivo común, a la organización le va bien, y viceversa. No es como en las organizaciones en las que hay propietarios distintos de los trabajadores, que imponen la gerencia desde arriba, que tiende a ser vertical. Esto genera muchas ineficiencias, mientras que la gerencia participativa las resuelve. Adicionalmente, se genera un proceso de aprendizaje donde los miembros tienden a amarse entre sí, pues esta virtud aumenta aún más la eficiencia organizacional, lo que termina beneficiando a las personas miembros. Un comportamiento personal que no esté alineado con el interés del equipo, o, peor aún, que esté contra él, es un elemento pernicioso para el bien de la organización, y para cada uno de los propietarios. En el caso de la propiedad y la gerencia verticales, hay alienación de intereses con los trabajadores. En el caso de la organización cooperativa, hay alineación d e intereses, que resuelve las contradicciones internas y la “lucha de clases”, los conflictos entre trabajadores y propietarios.
Esto es tan importante que es la base d e nuestra propuestas para la sociedad como un todo. Ahí cada ciudadano es propietario, por igual, de la res pública, la cosa pública (de ahí viene la palabra República, realmente). Lamentablemente esa propiedad se ha expropiado, como hemos explicado bastante en nuestros comunicados, por los caza-renta, quienes han impuesto un sistema de propiedad vertical, en el que los dueños son ellos, sus gerentes, que son los “generales” a ese nivel, son títeres puestos por ellos, y los ciudadanos son “trabajadores” que pagan impuestos y ni siquiera son servidos por ellos. Se ha generado un sistema que implica que los ciudadanos no se involucran directamente en la mejora de lo púbico, pues sus incentivos están no solo desalineados, sino alienados y en contradicción. Por eso hemos planteado el Plan C para cambiar eso. Y mientras tanto, debemos practicar lo que predicamos.
En nuestra sociedad, como consecuencia de esa expropiación de la propiedad ciudadana, general puede, por ejemplo, usar un arma contra los ciudadanos, entregando el Esequibo, por poner un ejemplo en el ámbito legal y territorial, y hay muchos más, como se podrán imaginar. Pero no en el Movimiento Libertadores en el ejemplo comunicacional. O usar esa arma sin estar alineada con nuestro plan de combate acordado en común o gerenciado en el momento desde la coordinación del equipo, que representa a todos los propietarios. O tener iniciativas importantes y aplicarlas si están en contradicción con el plan y sin consultar al comando respectivo. Por supuesto que hay temas, como el religioso, el ideológico, por ejemplo, en que hay diferencias entre nosotros y ahí podemos diferir incluso en púbico, pues distintos puntos de vista en esos aspectos motivan a cada quien, desde su posición personal o de su grupo, los acuerdos que tenemos en el plan estratégico, en particular los planes B y C. El problema surge, pues, cuando se opina en contra de lo que tenemos en común, que es la estrategia, que por cierto fue previamente acordada. En esto de consultar la estrategia antes de tomar una decisión en el ML no se nos puede acusar de dictatoriales tampoco, pues se consulta a cada rato y logramos consenso prácticamente unánime. Si se comete una falla en la acción programática, debe corregirse cuanto antes y hacerse control de daños. Sobre todo si el comando así lo establece, para minimizar pérdidas. Está establecida la necesidad de la lealtad en materia de contenido y de forma, por esta norma explícita:
- “5. No cometer actos de deslealtad contra el Pacto. Como desacatar su estrategia, sus decisiones, tener o apoyar agendas paralelas, perjudicar su fortalecimiento. Como se expresa en el documento citado. Sobre todo, tener claro el mapa de conflicto entre los caza-renta y sus aliados, y nosotros. No hacer acuerdos con enemigos en ese mapa de conflicto sin un acuerdo con el Pacto. Y las otras que el Pacto considere pertinentes.”
En el último comunicado publicado dejamos claro que ponemos en duda las intenciones y la estrategia de María Corina Machado, quien, según tenemos como hipótesis de partida, cambió de la estrategia del coraje a la electoral, como todos sabemos. En el caso que nos ocupa este ha sido el problema con Rafael Castro. Es uno de nuestros generales en materia comunicacional, pues tiene una sólida formación intelectual, y sus mensajes son cañonazos de alto calibre. A ese respecto lo habíamos calificado como “trufa blanca”, con un comunicado oficial al respecto. En medio de la batalla Rafael dijo lo siguiente en la Venezuela-virtual para comentar un vídeo de esta líder política:
- “Si bien (María Corina Machado) no reúne aún el máximo posible de mis expectativas políticas, no tengo duda acerca de estar en la estrategia correcta desde la visión y convicción de la mayoría de los ciudadanos honestos de este país. Ignoraba, que las mejores opciones para ser candidato es haber estado preso y volverse traidor y corrupto. También ignoraba, que nuestra crisis y tragedia depende exclusivamente de decisiones internacionales, es decir, hay gente ya tan entregada, cobarde y miserable que cree que todo el pueblo es como ellos, chulos de la política o alacranes arrastrados”.
Como consecuencia de ello, Leonardo Pérez Martí lo apoyó, y atacó a varios de nuestros combatientes, con este mensaje:
- “Me parece muy bien el comentario, sumamente comedido y real, he visto comentarios sobre ella acá en éste chat, tan desaguisados, inverosímiles e intrascendentes, que reflejan es un gran odio y animadversión sobre el personaje en cuestión, todo porque es una persona con formación liberal y pensamiento libre y no comunista, que es lo mismo que chavista, desean verla muerta al igual que Oscar Pérez, todo porque es la única que las tiene bien puestas y les dice las verdades y realidades al régimen IHDLGP, de asesinos y ladrones.”
Ante esto, le hice saber a Rafael Castro, como coordinador general que me debo a mis funciones, a quienes me han elegido y al pueblo venezolano, que el mensaje era contrario a nuestra lucha. Es de hacer notar que ya el equipo ejecutivo había evaluado negativamente su actuación en el pasado y había decidido sancionarlo y advertirle que no debía incurrir en deslealtades en lo sucesivo. Y si lo hacía debía salir inmediatamente del Movimiento.
Obviamente el mensaje citado representa una falta grave y se lo hice saber, trayendo a colación nuestra decisión anterior. Pero en vez de acatar el llamado, no solo se justificó, sino que empezó un ataque frontal contra mi persona, del cual verán un ejemplo abajo, además de listar mis presuntas faltas y las del ML bajo mi conducción, como mi presunta imposición de falta de libertad de expresión en el movimiento. Usó la falacia ad hominem de ataque contra el mensajero para descalificar el mensaje. En este caso ataque al coordinador de en esta batalla descalificar su requerimiento de corrección. Y todo para justificar tanto su falta, como su desacato, a pesar de que el coordinador fue bastante benevolente y no lo expulsó al momento, como se había decidido, por unanimidad, en el veredicto del juicio anterior.
Es bueno traer a colación, para su análisis, que cuando le hice la observación de la falta, Rafael Castro abogó por la “libertad de expresión”, como si fuera lícito decir lo que uno quiera en esta materia de estrategia del equipo y su ejecución en el campo de batalla mismo, en presencia de enemigos y de gente nuestra que se puede afectar negativamente. Cuando se le pide que corrija, dice que no lo hará y que seguirá opinando como quiera y que corregirá cuando quiera, no cuando se lo diga el líder del movimiento. En otras palabras, exige tener libertad para lanzar disparos de cañones en la dirección que quiera y del calibre que quiera, pues el criterio válido es el suyo, aunque esté en contra de los que cree y le indica el coordinador. Si no se le permite, lo califica de dictadura, ensañamiento personal y falta de libertad de expresión. Y da una explicación de que en realidad no quiso decir lo que dijo, según narro abajo.
Es de resaltar, por cierto, que nuestras armas principales son precisamente las comunicacionales. Es una coincidencia afortunada que el principal campo de batalla es el campo en que más trabajamos, en que somos más efectivos, y en el que destacamos como los mejores, modestia aparte. En eso somos tan influyentes que hasta María Corina ha tomado mucho de nuestros aportes en esa materia y lo usa a su favor, incluso sin reconocerlo. Como la MUD con la consulta estafadora, o la MUD y otros agentes con el Plebiscito del 16J, que vino de nosotros. Hemos lidiado con varios plagios, como todos saben, sin reclamar autoría, sino insistiendo en que se lleven a cabo las propuestas y no se manipulen contra los ciudadanos, a los que quiere beneficiar para recuperar nuestro país.
2. Decisión
Ante el problema descrito en este documento, el poder ejecutivo y el poder judicial provisional del Movimiento Libertadores decidió darle una oportunidad más a Rafael Castro García. Pero debe ser removido del poder ejecutivo central y debe concentrar su trabajo a nivel local, en Cagua. No se ejecutará la decisión anterior del equipo ejecutivo de expulsarlo del Movimiento Libertadores en caso de reincidencia, como ocurrió aquí. El objetivo es pedagógico (didáctico) para él y para todos los demás miembros del ML. Se estimulará que esté en otros chats de la Venezuela-virtual, además de la principal. Se monitoreará su comportamiento para posibles ascensos en los niveles de responsabilidad. Tendrá acceso directo al coordinador general para consultas en ambas direcciones. El coordinador, Felipe Pérez Martí, aclarará en Qué Hacer (Venezuela-zuela) que su mensaje que motivó el problema no refleja la posición del ML y que se han tomado medidas disciplinarias. Pero en caso de una reincidencia adicional, o de no aceptar el presente dictamen, se propondrá ante el Congreso su expulsión del Movimiento y se publicará la resolución respectiva.
3. Anexo. Respuesta entre líneas al último mensaje de Rafael Castro García y explicación de la decisión.
Dice Rafael:
“Amigo Felipe sin extensión en mi argumentación resumo lo siguiente: 1.-En el asunto de Eudes y Cía te apoyé e incluso estimulé el inicio de la purga.”
Mi comentario:
El problema no eres tú o yo, sino tu falla aquí, que es grave en sí misma. Tanto el hecho cometido y sus consecuencias, como el no corregir y tu actitud al respecto. Para el ML y para el país.
Dices:
“2.-Confundes, y no lo admites, estilos de redacción con deslealtad. Admití que una parte de mi escrito favorecía la táctica de MCM, más no su estrategia.”
Comento:
Como se verá, en el mensaje en que comentas el vídeo de María Corina Machado hablas de estrategia, no de táctica. Y el tema de deslealtad tiene que ver con la forma, la organización en una guerra, no solo con el contenido, que también tiene graves problemas. Tu interpretación para justificarte no objetiva, y no toma en cuenta el tema comunicacional, en el mejor de los casos, que es el terreno principal de esta guerra. Tanto el impacto hacia a fuera del ML, como hacia adentro.
Tu respuesta fue:
“Si bien no reúne aún el máximo posible de mis expectativas políticas, no tengo duda acerca de estar en la estrategia correcta desde la visión y convicción de la mayoría de los ciudadanos honestos de este país. Ignoraba, que las mejores opciones para ser candidato es haber estado preso y volverse traidor y corrupto. También ignoraba, que nuestra crisis y tragedia depende exclusivamente de decisiones internacionales, es decir, hay gente ya tan entregada, cobarde y miserable que cree que todo el pueblo es como ellos, chulos de la política o alacranes arrastrados”.
Esta fue la explicación que hiciste cuando te hice la observación:
“A.- Desde el inicio me desmarco de ser seguidor de MCM por no reunir el máximo de mis expectativas y cuando señaló que ella está en una estrategia favorable, en ese momento supuse usar ese argumento para alimentar las contradicciones con la MUD. B.-Seguidamente, señalar irónicamente mi desconocimiento acerca de la necesidad de haber estado preso para ser candidato, de ninguna manera es un respaldo a un proceso electoral, de hecho la intención era ridiculizar tal posición pues sea cuando sean unas elecciones es de hecho realmente absurdo tal señalamiento. C.- Al final, señalo la no exclusividad de lo internacional para afrontar la crisis, sugiriendo así la necesidad de una o varias fuerzas internas. Hasta aquí la idea del texto. 6.- Ahora bien, racionalmente es posible admitir que la primera parte del texto pudo dar lugar a la sospecha de mi adherencia a las opiniones de MCM, sin embargo, cabe preguntarse en quienes? En el pueblo en general? Honestamente no lo creo desde el QH, obviamente si hubiese ocurrido fuera del QH, tal vez hubiese generado esa impresión, de allí, que la observación que se me hace, la admito como error circunstancial, jamás enmarcado en los epítetos y calificativos con los que se imputa y lo considero, repito, una exacerbación de hipersensibilidad. Si bien no hubo en el QH ninguna diatriba significativa sobre mi texto, excepto el intrascendente comentario de Melquíades y la proximidad al mensaje de Leonardo, las opciones y posibilidades de afianzar las tesis del ML en el QH están abiertas a diario y no tengo objeción en asumirlo.”
En mis apreciaciones mostraré que tus argumentos no justifican lo que hiciste, porque estamos en un campo de batalla como describimos arriba, con soldados nuestros y soldados, y generales, del contrario. En ese sentido, luego de que los soldados en contienda, y los independientes, vieran el vídeo de María Corina, el mensaje tuyo significa lo siguiente, en el contexto de debate de Qué hacer en ese momento, tanto hacia a fuera del ML, como hacia adentro, lo siguiente:
En primer lugar, un apoyo a María Corina Machado, contrariamente a lo que dices ahora. Incluso desde la primera frase, pues uno no tiene por qué pensar que un político es perfecto, “que llene sus máximas expectativas políticas”, para apoyarlo. Y la apoyas por su estrategia, de lo cual dices que no tienes dudas de ser la correcta desde el punto de vista de la visión y convicción de la mayoría de los ciudadanos honestos de este país.
En segundo lugar, significa que la avalas porque no es corrupta ni traidora y porque no necesita el presunto aval de haber estado presa.
Adicionalmente, le das un espaldarazo a que es una iniciativa nacional, que no está dependiendo exclusivamente de decisiones internacionales.
Finalmente, implicas que no es chula, alacrán, arrastrada.
El impacto en Leonardo fue tan grande, que incluso atacó a varios soldados nuestros y los acusó de desearle una muerte como la de Óscar Pérez (a tal punto que fue moderado por un moderador oficial de la Venezuela-zuela no relacionado con el ML como lo es Ricardo Ríos), no solo puso a María Corina como la “única” que es capaz de decirle las verdades al desgobierno. Dice textualmente que las opiniones contra María Corina (hechas principalmente por gente nuestra): “reflejan es un gran odio y animadversión sobre el personaje en cuestión, todo porque es una persona con formación liberal y pensamiento libre y no comunista, que es lo mismo que chavista, desean verla muerta al igual que Oscar Pérez, todo porque es la única que las tiene bien puestas y les dice las verdades y realidades al régimen IHDLGP, de asesinos y ladrones.”
Y eso que no se incluye lo que ni dijeron los demás. Pero el caso de Leonardo, pero no era el único, pues estamos en un entorno comunicacional en que todos ven lo que ocurre, propios y enemigos o extraños. Melquíades, un general del lado contrario, sin duda quedó muy satisfecho de esto. De eso no debería haber dudas. Una derrota auto-infligida por nosotros mismos. ¿Qué más va a decir? Por supuesto que habrá ocasiones en el futuro, pero de este hecho hay que hacer control de daños, y te has negado a asumirlo.
Seguidamente dices:
“Has centrado toda tu artillería en eso para calificar la deslealtad ignorando el resto de mi actuación anterior, y sobretodo, lo que físicamente he trabajado en mi entorno a favor del movimiento incorporando gente difícil de atraer no solo al movimiento sino neutralizando las tesis del enemigo local y regionalmente, eso lo ignoras por supuesto porque organizativamente no hay canales de evaluación de la actividad personal de nosotros.”
Comento:
Tus aportes en otros campos son buenos, como lo he dicho. pero no te autorizan para faltar a las normas en contenido y en forma. Incluso si fuera leve. Sea grave, o sea leve, debería por lo menos reconocerse el error, por un lado, y enmendarlo, por otro, haciendo control de daños. En una materia grave con más razón, como en este caso. Hacer lo que propones de dejar pasar una falta porque has hecho otros aportes, sería como estar de acuerdo con que, en un país, si alguien es muy importante, puede saltarse las normas. Ni siquiera las de tránsito se puede saltar, las luces de un semáforo, por ejemplo, según nuestro programa para la Venezuela-grande y el mundo. Mucho menos una norma del calibre de la constitución, o que perjudica al país en medio de una guerra. Admitir eso sería decir que no nos importa el estado de derecho. No importan los principios, las verdades, las reglas de juego, sino la presunta importancia relativa de las personas: si se trata de alguien “muy importante”, no hay que tenerle en cuenta la falta. El problema no es, pues, cuál es la verdad, los principios, sino quién tiene la verdad. Un tema de pugnas de poder, de importancias, entre personas.
¿Si procedemos a sí, cómo vamos a hablar con moral a la gente de la cual decimos ser una de sus expresiones legítimas y auténticas de cara al futuro, para corregir las fallas? ¿Y cómo nos diferenciamos de los partidos, que aplican esa política de amiguismo, nepotismo, o de influencias, de privilegios, de pugnas de egos?
Dices seguidamente:
“Fundamentalmente por eso, me he sentido agredido por tu calificación de deslealtad y has exacerbado el asunto del escrito, que por cierto, aparte de la estupidez de Melquíades allí no hubo más referencia a ese contenido, es un espacio donde la gente no es manipulable y por tanto el impacto de lo negativo que pudo ser esa parte del escrito no tenía la trascendencia que le has dado, máxime si lo comparamos con otros hechos. El caso de tu hermano tuvo motivaciones ajenas a ese escrito, la vinculación se la diste tu.”
Comento:
Más y más argumentos para justificar lo injustificable, por lo dicho arriba. Se dispara contra el propio ejército, se baja la moral propia y estimula la contraria, y se pretende justificar conque el disparo, según se argumenta, contrariamente a la evidencia y la lógica, no causó tantas bajas en el ejército propio, ni estimuló tanto al contrario. Interpretas lo de Leonardo como quieres, sin dar demostrar las presuntas razones, esperando solo que te creamos, sin tener en cuenta los que no opinaron, pero que están ahí, viendo la indisciplina, que se puede opinar como uno quiera, incluso en contrario, etc. Ni es apropiado haber hecho ese disparo, ni es cierto que fue un disparo suave. Ni es correcto negarse a corregir el error, acusando al coordinador general de dictador, comisario, sediento de poder, etc. Ya vemos un atisbo de quién es el dictador: hace lo que quiere, independientemente de lo que opine la gente, la organización, a través de su líder general, en plena batalla, en que no hay tiempo de hacer muchas consultas (en eso consiste la gerencia, por cierto, de representatividad; una de sus ventajas para no caer en el extremo del asambleísmo, el otro extremo de la dictadura).
Dices seguidamente:
“3.-Si bien es razonable tu argumentación desde la Teoría de Juegos cómo has expuesto, un recorrido en la política y reaprendizaje propio me permitió intuir en un momento mientras redactaba aquel escrito, que podía estimular la confrontación entre MCM y la MUD con resultado favorable para nuestra política, eso ya lo expliqué, pero jamás, y lo niego al infinito, motivado cómo identificación con la política de MCM, ni allí ni en mi actuación local y regional donde me he ganado el odio visceral de la MUD y tampoco me he dejado atraer por Vente, cuyo líder acá es un amigo y reconoce con respeto nuestra política.
Comento:
Supongamos que es cierto lo que dices. ¿Cómo va un general a tomar decisiones en el campo de batalla reñidas con la estrategia trazada; y conserva una actitud de insubordinación cuando se le pide que corrija, incluso con una corrección de mutuo acuerdo, que no dañe la estrategia? ¿Que no dañe al pueblo venezolano, al ejército propio? ¿Lo que vale aquí es el ego del general? ¿O el interés del pueblo venezolano, y su organización proxi más auténtica, el ML? ¿No hay disposición a ningún sacrificio? ¿Sino a la auto-afirmación? ¿El general es un dictador, y debemos aceptarlo como tal? Si se quiere introducir una revisión de la estrategia, perfecto. Pero que se haga internamente, siguiendo los procedimientos y la conveniencia de este lado de la guerra. Pero insubordinación de ese tipo no puede interpretarse de otra manera que de actitud dictatorial en el momento: hacer lo que quiera, lo que decida, incluso si cree que es lo más conveniente para el equipo.
Dices:
“4.-Sobre los asuntos religiosos ya te he dicho que no me involucró en discusiones sobre exégesis bíblicas, soy cristiano y tengo mis propios rituales de fe. Nunca me he referido a tus disertaciones y las respeto, ten la seguridad que siempre he sabido diferenciar el bien del mal.”
Comento:
Eso te lo he dicho como amigo y como católico. Y te reitero que no es cierto que sabes distinguir entre el bien y el mal. Has actuado mal y no lo ves. No lo quieres reconocer. Y acusas a quien te lo quiere hacer ver, culpándolo. Eso es grave en nuestra religión. La soberbia, el ego, son puertas por las que se mete el demonio. Lo he dicho, y estoy leyendo y documentándome sobre eso. Y en estos tiempos, más, en que el diablo anda alborotado y ganando terreno. Divide, insubordina. Quiere a la Venezuela-zuela, no solo a la grande. Si perdemos esto, ¿qué moral tendremos para aspirar corregir la grande, que ya está poseída por el demonio? Necesitamos un exorcismo allá. ¿Cómo vamos a realizarlo si somos instrumentos del demonio aquí? ¿Si estamos tomados por el enemigo por las puertas que le abrimos en lo personal y en lo organizacional?
Dices:
“5.- Sobre tu liderazgo, nunca lo he puesto en duda y reconozco que tus tesis desde un principio son el núcleo de la real oposición en el país, por ello lo he asumido y compartido. Una cosa es eso y otra tu estilo de liderazgo.”
Comento:
Agradezco tu reconocimiento, pero creo que el estilo de liderazgo también es el que conviene al país, el de la verdadera oposición: todo el mundo debe aceptar las normas. Nadie es superior a los demás (empezando por el coordinador general, claro). Hay que consultar las decisiones, ser democrático. Una vez decidido, debe acatarse, todos por igual. No puede haber anarquía de la mala. Solo “anarquía solidaria”, la que implica que cada quien puede aportar cosas que no están “en el manual”, pero siempre en armonía, no contradiciendo la estrategia trazada. En este caso se sabe que la norma existe, pero es edogeneizada por cada participante, sin necesidad de que le sea impuesta desde arriba. En particular, pues, no se admiten dictadores dentro de la organización. O gente que se ponga en pugnas de poder por exceso de ego, o falta de humildad al reconocer sus errores en el campo de batalla, ni de corregirlos. Son cosas de gerencia básica. Y muchos otros. ¿Vamos a seguir con la anarquía de los partidos, la falta de disciplina de control del comportamiento ético? No, gracias. Creo que en eso también estamos dando ejemplo.
Es cierto que lo que hago es raro. No es lo común. ¿Pero por eso está equivocado? Al contrario. Lo equivocado es lo que se estila en la política en el país: lo que importa es si la personas es “importante”, amigo, influyente, familia, etc. No hay normas, no hay gerencia. Al contrario, debemos seguir así. Aunque quedemos doce. No admitimos eso de que, como queremos mucha gente, admitimos que cada quien haga lo que le de la gana en temas de nuestras cosas comunes. Y que si alguien hace mucho aporte en materia de gente que trae, se puede saltar las normas. “Alguien demasiado importante no puede estar sujeto a normas, como las de los semáforos en rojo”. O alguien que es amigo no se puede perjudicar. O alguien que es familia, hay que tratarlo bien, y permitirle faltas a la ética del equipo. A las normas más básicas. Aunque parezca molestoso, hay que hacerlo. Aunque te califiquen de comisario, de manera sesgada e injusta. Si no, no adelantaremos.
Las normas, pues, están para cumplirlas, y el amiguismo, o el nepotismo, o dictadores, o egos exacerbados, nos perjudican. Hay que cambiar la cultura en la política venezolana. Conozco algo de esos temas también. Gerencia participativa. Es lo que trato de aplicar. Tiene un fuerte fundamento teórico y está de cara al futuro en la humanidad, no solo en el país.
Dices:
“6.- En la medida que la situación política y de debate se ha hecho compleja y difícil, tu estilo ha resultado cada vez más difícil de sostenerse con perspectivas de avanzar en el vínculo con otras organizaciones y personajes, comprensible en enemigos, pero limitante respecto a los que les falta conocimiento y muy incómodo para quienes si reconocen tus tesis.”
Comento:
Seguramente no haya sido perfecto, claro. ¿Pero por qué se critica al mensajero, al coordinador en este momento? Es la falacia ad hominem otra vez: lo importante es la falta y cómo corregirla, aunque luego se cambie al coordinador por incapaz. Pero para que no deje dudas entre los militantes, entremos en materia: la alianza nuestra es la más sólida en el momento. En lo militar, en lo policial, en lo sindical y en la materia de resistencia civil. La confianza mutua es muy sólida. Precisamente por la consulta continua, las tesis compartidas, etc.
Has propuesto alianzas cuestionables, como la de cuando quisiste hablar con Carlos Blanco. Hay cosas que no podemos hacer, por principios. Y el ambiente es muy complejo. No siempre se puede avanzar, pues hay muchas bajas en gente, por problemas de sobrevivencia (como el caso de Giuseppe, Alejandro, que tuvieron que dejar los chats, etc). No hemos ni podido hacer la reorganización. Incluso por diablos internos, como el de Eudes Vera y acompañantes, que resultó en un gran éxito, también en Qué Hacer, donde ahora tenemos el gobierno (y en eso hemos fallado, por cierto, por el mismo problema con la falta de disponibilidad de tiempo de la gente, o medios técnicos, como los tiene el país). Podemos mejorar? Claro. Hay que hacer aportes todos, evaluando la cosa en su momento, no aprovechando esto para echarme en cara las supuestas faltas, para justificarse en la falta propia.
Dices:
“7.- No existe real humildad en ti a la hora de valorar aportes de otro, simplemente los ubicas con soberbia y prepotencia como rivales de tu liderazgo, eso te ha hecho miope a la hora de sopesar la trascendencia de un error metodológico por algunos de tus amigos y compañeros que te arrojan a juicios y conductas obsesivo compulsivos obnubilado la percepción real del hecho que lo motiva. Esta percepción personal, te la hago con el respeto y el afecto que te tengo no solo por las razones políticas sino referidas al conocimiento de tus raíces y procedencia.”
Comento:
Bueno. Ataques al mensajero, al coordinador, de nuevo. Además, por lo dicho arriba, esto es totalmente equivocado. Es al revés. Mi firmeza ha permitido salir de gente que, aunque con buena inteligencia y formación en algunos campos son gente que para la organización son absolutamente nefastos. El caso tuyo parece ir por ahí: un nuevo caso como ese, pero más sofisticado.
Cuenta con mi firmeza para desenmascarar engaños y estilos erróneos. No podemos comer coba con nadie. Ni que sea amigo, ni familiar, ni que tenga muchos “aportes”. Si la semilla no es buena, no podemos tener un buen árbol. Aunque la semilla sea pequeña, como la de mostaza. La semilla la estamos puliendo, y con este nuevo caso la puliremos más, estoy seguro. Tanto por reflexión personal de cada quien, como por limpieza de gente que no nos conviene. Creo que el caso tuyo, a estas alturas, refleja lo que no nos conviene. Tu talante dictatorial, insubordinado, desleal, por tu ego estratosférico. Si bajas un poco la testuz y reconoces errores y haces las enmiendas en público que tienes que hacer, por el bien del ML y Venezuela-zuela, y Venezuela grande, bienvenido. Pero si no puedes perjudicar en neto en vez d e apoyar, y hay que evaluar si vas puedes seguir o no. Por lo menos, no puedes estar en posiciones de gerencia, como general, y debemos evaluar tu desempeño, pues, si cambias, puedes hasta subir de nuevo. Hay que llamarte a capítulo, pues. No queremos cizaña aquí, y mala semilla. Podemos dar debates sobre esto en público, claro, si quieres salir del ML. Pero desgastar este espacio, este tiempo de la gente, por testarudez y querer tener la razón, por que se es inteligente, eso nos agota y disminuye. Aquí hay que sumar fuerzas, no desgastarlas por intereses egoístas.
Dices:
“8.-Ese estilo y esa condición te lleva, como en mi caso, no solo a ver enemigos donde no los hay, sino a elevarte con soberbia a pretender humillar con tu verbo y condiciones hasta el punto de condicionar la libertad de expresión bajo el supuesto de que nadie más que tú está preparado para la batalla en la que estamos, no lo dices, pero lo piensas y esa posición así lo expresa. Es lo que he rechazado, además porque has partido de la falsa acusación de la deslealtad.”
Comento:
Sobre la deslealtad ya hemos hablado, y creo que son hechos, no palabras. O acusaciones falsas que vengan de mis presuntas faltas que vienen de tu especulación interesada y falaz, usando el ataque como defensa. Ha quedado clara, como lo quedó en el pasado episodio, en que la decisión fue absolutamente unánime. Y no la aceptaste, por cierto, en esa ocasión. Parece que ni quiera leíste el veredicto, que te pasamos, pues creíste esta vez que ese era el de esta ocasión, y no el de la anterior.
Tu estilo de justificarte acusando al otro debería estar prohibido por falaz. Es una falacia muy conocida, de descalificar lo que dice el contrario descalificando a su persona, sin ir al asunto en cuestión. También está prohibido en un juicio, pues el acusado tiende a atacar al juez, fiscal o moderador. Y por eso se le penaliza fuertemente si lo hace. En el caso tuyo, lo haces con una ligereza proverbial. Es muy posible que te haya servido con anterioridad en otras organizaciones, o cuando la gente que te cuestiona tiene rabo de paja. La cosa queda, en el mejor de los casos para ti, como una pelea entre personas, que quizá desdibuja tu falta. Pero en este caso no. Y lo que muestra es lo bajo a lo que puedes llegar para tratar de justificar lo injustificable. Tu carácter pasa a ser parte de lo que hay que evaluar, de si conviene tener a alguien con ese grado de soberbia tan grande que está dispuesto a llegar a esos extremos antes de reconocer sus errores y disculparte, en privado y en público.
En el caso mío, también hablé de tu carácter. ¿Pero estaba justificado? Es que desde el principio del intercambio empezaste a atacarme, lo que mostró problemas de carácter, que se agregaban a la transgresión. Además de que habían sido juzgadas en el caso anterior, y condenadas, de manera unánime. Era lícito en mi caso hablar del carácter. No era falaz, sino necesario y en punto. Además, requerimos no solo Moral y Luces, sino Amor: nada de ego, o un ego controlado, que no genere problemas gigantes, sino que sea manejable.
Personalmente creo que hay que darte un tiempo para que pienses en eso, y en niveles locales. Tu comportamiento ha sido en esto tóxico e inaceptable. Mis muestras de flexibilidad han sido claras, incluso al punto de ir contra las decisiones anteriores, para tratar de acomodar tu caso. Pero no se he podido, y has recurrido a la agresión, a la llamada a la insubordinación general por presunta falta de libertad de expresión, para justificarte. Perjudica a los demás. Es una manzana podrida que puede pudrir a las demás. No la debemos tener aquí en puestos de importancia por el daño que puede hacer a la batalla, por lo menos mientras no se limpie.
Dices:
“9.- Tú no lo ves, y no puedes verlo por lógica, pero desde fuera, enemigos y amigos advierten la desproporción de tu ego, cosa que todos tenemos, agravado por tu estilo de liderazgo que te lleva a herir a seres inmerecidamente.”
Comento.
Está claro a estas alturas qué es lo que está pasando.
Dices:
“10.- Finalizó con tus mismas palabras, la verdad nos hará libres. Dentro o fuera del ML tengo mi consciencia y ética política muy clara y limpia, mis rituales como cristiano me lo confirman a diario. Que sea lo que Dios disponga. Te aseguro que no albergaré resentimiento alguno y mantendré la objetividad necesaria en el seguimiento del hecho político para responder en consecuencia al lado de lo que valore justo y necesario para este sufrido pueblo. Honestamente, no creo que haya nada más que agregar en este incidente.”
Respondo:
No tengo más que agregar, y espero que realmente no haya resentimiento. De este lado, puedes estar seguro de eso. Solo resumiré diciendo que en tu caso, un coordinador general hubiera aplicado en la decisión anterior. Pero, en este caso no la apliqué, sino que fui concesivo y le di al general oportunidad de corregir el error, con un documento de mutuo acuerdo, redactado por el general. Pero no lo aceptaste. El general dice que quiere seguir en el ejército, y de general (pues va a seguir debatiendo en nuestro caso). Que hará aclaratorias cuando lo considere apropiado. Como si aquí no hubiera una jefatura, a la cual se debe lealtad y acatamiento. Opta entonces por hacer una consulta entre los soldados, para tomar una decisión democrática (ejercer el derecho a recurrir al Congreso). Sin acatar en el ínterin el comando dado por el coordinador. Sin corregir el error, en público, para subir la moral propia y dejar en su sitio la del contrincante.
La acusación implícita de dictadura me la han hecho los enemigos del ML y los que han salido por traidores, alegando que no permito la libertad que debería existir. Que soy obsesivo, etc. ¿Quién es el dictador aquí? Por definición, un dictador es alguien que toma una decisión de acuerdo a su voluntad independientemente de lo que quiera la ciudadanía. En este caso, la organización en la que está, que tiene una línea de comando ya decidida, y que no se puede cuestionar en pleno campo de batalla. ¿Soy un dictador? En casos anteriores quedó claro que quienes salieron eran quienes querían ser dictadores: que se decidiera lo que querían en lo militar, etc, independientemente de lo que diga la mayoría. En este caso es similar.
Por el momento es una cuestión de ceguera, eso sí es cierto. Solo el tiempo, y la ayuda divina, podrá remover esos velos que ciegan la vista, y perjudican al pueblo venezolano. No queremos que el diablo nos domine aquí. Todos debemos trabajar arduamente en ello. Eso no pasa en otras organizaciones. Lo cual habla bien de nosotros. No mal, como se ha querido insinuar. Hemos sacado demonios. Y lo seguiremos haciendo. Internos a la persona, personales, y grupales.
Se te está dando una última oportunidad, permaneciendo en el ML, pero a niveles locales, y con contacto directo con el coordinador general. Debemos evaluar tu evolución, y espero, como creyente, que Dios te toque y te llame. Por aquí estaremos abiertos.