La justicia divina empezará en Venezuela
“La justicia divina empezará en Venezuela”
Felipe Pérez Martí.
25 de Noviembre de 2021.
En estos días he estado hablando de que el Apocalipsis ya llegó. Sobre esto, les quiero comentar del evangelio de hoy, que pueden leer abajo completo, en que Jesús se refiere a los últimos tiempos. Pero es interesante la cosa. No solo habla de devastación, destrucción, guerra, angustia tremenda, cautiverio, maremotos y muerte generalizada. También dice que
“Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.
Eso nos conecta con el título de este artículo. Pareciera una falsa ilusión creer que lo de “se acerca vuestra liberación” tiene que ver con nuestro país. Pero es cierto, amigos. Es una profecía de la Sierva de Dios María Esperanza, la vidente de Betania. (A una persona en proceso de canonización se le llama “Siervo de Dios”, como en este caso).
Pero no crean que María Esperanza es cualquier profeta. Ella predijo en 1992 el atentado de las torres gemelas, que ocurrió nueve años más tarde, el 11 de Septiembre del 2001. Hizo tantos milagros, profecías, sanaciones, que es considerada por el libro best seller “The Warning” (el Gran Aviso, o La Gran Iluminación, podríamos traducirlo) como “una de las más grandes místicas de nuestro tiempo”. Y eso que lista los de más relieve mundial, quienes tienen que ver con las profecías de los últimos tiempos, en las cuales el consenso es total sobre la cercanía de lo que dice Jesús hoy. Lo que pasa es que Venezuela muchas veces no valoramos lo que tenemos, y se cumple lo de “nadie es profeta en su tierra”. El Santo Padre Pío, el día anterior a su muerte, se transfiguró en el rostro de la Sierva de Dios a miles de kilómetros de distancia, según lo narró su estupefacto esposo, y le dijo: “ahora te toca a ti”. Imagínense, un santo de ese calibre, que quizá ustedes no conozcan, pero es alguien como muy pocos en la historia de la iglesia.
Ella recibió en vida múltiples e inexplicables regalos de Dios, como los estigmas de Cristo (las llagas de la pasión), muchísimas sanaciones, bilocación (poder de estar en dos lugares al mismo tiempo), lectura de personas (saber lo que las personas han hecho y están pensando, sin que se los diga de palabra), conocimiento remoto de las enfermedades de seres queridos, saber cuándo se acercaba la gente sin verla, etc. Es tan asombrosa su vida que, de acuerdo a testigos presenciales, en cinco ocasiones le brotaron del pecho rosas rojas (que es la señala de la Virgen María). Y olía a rosas por donde quiera que iba.
Ahora bien. Por si fuera poco, igualmente asombroso es que también fue en Venezuela donde, por primera vez en dos mil años, la Virgen María le dijo a María Esperanza que estábamos en los últimos tiempos para la humanidad. Literalmente le habló de “Apocalipsis” como ya comenzado. Para más perlas, el otro místico más destacado, un santo en vida, el Padre Michel Rodrigue, de Quebec, Canadá, dijo que el Apocalipsis empezó, en lo político, en Venezuela y habló de María Esperanza cuando lo dijo.
Ella hizo muchas otras profecías famosas, por ejemplo para Estados Unidos, como el desastre que significaría la invasión a Irak, que desaconsejó a pesar del gentío que estaba de acuerdo con eso en el momento. También predijo, como muchos de esos profetas de los últimos tiempos, que primero vendría un evento de limpieza, el Gran Aviso. Y luego la justicia. Y eso nos conecta con el título de nuestro artículo. Fue ella quien profetizó, y así lo escribió textualmente, que “La justicia de Dios empezará en Venezuela”. El Gran Aviso consiste en lo que dice Jesús hoy: Él vendrá “en una nube”, en el cielo donde todo el mundo lo verá, y cada quien será iluminado sobre lo que ha hecho bien, y lo que ha hecho mal en su vida. Y podrá escoger el bien o el mal en lo que vendrá, y por tanto, enfrentará el día del juicio con esa decisión a cuestas.
Así que mi mensaje para ustedes es este: “A ponerse las alpargatas, pues lo que viene es joropo”. Si hacemos eso, les diría también “levántense, alcen la cabeza, pues se acerca su liberación”.
Aquí va el evangelio completo:
Lucas 21,20-28:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación".
Como anexo, les mando lo prometido: uno de los milagros de Garabandal, España en vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=TCA487J39aU
Pueden constatar que ellas caminan hacia adelante y hacia atrás en un terreno pedregoso mientras miran a la Virgen hacia arriba, en trance, sin tropezar una sola vez. Eso también lo puede hacer el diablo, pero la diferencia es que los frutos son muy distintos en ese caso: conflictos, muertes, etc. De Garabandal solo surgieron cosas buenas. Ahí también la Virgen María le dijo a las cinco niñas sobre lo del Gran Aviso y sobre muchas otras, entre ellas un "Gran Milagro" que ocurrirá en se caserío español un año después, y será anunciado y descrito públicamente una semana antes por Conchita, una de las cinco visionarias. Ese milagro incluye curaciones generalizadas a quien esté en las inmediaciones ese día, y Conchita tiene hoy 72 años de edad. Así que para ser todo esto cierto, ella debe estar viva, lo cual me da una idea, adicional a las de las señales que vemos a diario acordes con la Biblia y a lo dicho por los profetas de los últimos tiempos, de que la cosa es pronto. ¿No les parece?
Cordialmente y pendientes, que ahora es cuando viene lo bueno
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